La formación inicial de profesores, se lleva a cabo al amparo de una política institucional que no necesariamente se ha preguntado quiénes son y cómo se apropian de la identidad docente, los jóvenes que transitan por la sociedad contemporánea. Lo dicho, nos remite a desentrañar los elementos identitarios, en especial, los con sello valórico, que proyecta la institución, considerando las posibles tensiones con el sujeto/joven que aprende en el contexto de una sociedad compleja. Desde tal perspectiva, y, desde una perspectiva biográfica y documental, se desarrolló una investigación exploratoria en cinco carreras de pedagogía, para caracterizar el proceso de construcción del oficio docente desde las subjetividades del profesor en formación y los lineamientos de dos espacios curriculares que la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso de Chile ofrece en los dos primeros años del plan de estudio, de modo de re- evaluar y re -significar los principios identitarios que ésta sustenta desde el sello valórico de la institución, considerando que el curriculum es un espacio vital a la hora de comprender la organización del devenir epistemológico con que se está formando a los futuros docentes (Sacristán, 2019). La sistematización de las creencias y saberes que los estudiantes elaboran en sus experiencias formativas, permitieron levantar categorías que configuran este “hacerse a sí mismo”, el cual se des-construye a través de los relatos, dejando ver que los contextos situados (Wells, 2001), y la reflexión performativa, son los espacios de mayor significado que permiten afirma que, el aprendizaje del oficio docente con sello valórico, no puede llevarse a cabo desconociendo que quién aprende, es un joven que se re-estructura entre la identidad para sí, y la identidad para los otros.