Los primeros dibujantes egipcios toman el cuerpo real, que se mueve en lo tridimensional, para conceptualizarlo en el plano. Así comienza un doble proceso de resolución de problemas e inconmensurabilidades gráficas cuyo objetivo es disciplinar lo antropológico a través de la representación. Por un lado, los escribas-artistas van a clasificar en gestos icónicos las acciones más recurrentes de los primeros líderes del grupo. Por otro lado, van a crear una serie de sistemas gráficos de representación cuyo fin es estandarizar, normativizar y regularizar la imagen del cuerpo en la representación. Sin embargo, estos procedimientos se irán refinando en busca de una precisión gráfica que permita la conciliación del entorno con su réplica en el plano. Este refinamiento en el contexto de la figuración persigue integrar la tercera dimensión y los aspectos anatómicos de dicho cuerpo, referente constante para el artista egipcio, como veremos en el caso del arte amarniense. El objetivo de esta investigación se centra por un lado en analizar el poder civilizador del gesto representado que comienza siendo lateral-frontal, para convertirse en tridimensional, especialmente durante el Reino Nuevo egipcio. En este sentido, el artista se perfila como un agente de gran capacidad normativa cuyo poder combina su saber técnico con unos imperativos estatales que tienen el objetivo de ordenar políticamente lo antropológico.Para el estudio de la figura egipcia en relación al cuerpo humano y su realidad anatómica, utilizamos el método iconográfico. Por otro lado, y orientado hacia los fundamentos gráficos implicados en la representación, ha sido necesario utilizar la metodología crítica del materialismo metodológico para profundizar en algunas cuestiones como el desarrollo de la racionalidad implicada en las destrezas técnicas. Finalmente y en relación a la bibliografía especializada que trata el tema de la figuración egipcia en profundidad o tangencialmente, hemos seguido el método científico en historia.