Esta comunicación responde a un repensar la práctica educativa en la enseñanza universitaria en la línea reformista que plantea Edgar Morin sobre la reorganización de saberes y conocimientos para la educación del futuro. Concretamente, esta experiencia, que se lleva a cabo en la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona,  pretende profundizar en metodologías experienciales como el relato y la autobiografía para favorecer la adquisición de conocimientos vinculados al pensamiento y la cultura de las humanidades. Unos conocimientos que se cimientan en la interpretación,  la comunicación y la inter-subjetividad. El reto consiste en abrir las posibilidades pedagógicas a través de otros formatos de adquisición de conocimiento para fomentar y estimular en los estudiantes la participación (como sujetos proactivos), la acción transformadora y la transdisciplinariedad de los saberes, y en consecuencia formar para una visión más humanista de nuestro mundo. Se trataría, pues, de visualizar como el aprendizaje de las humanidades permite  la comprensión de valores éticos y estéticos comprometidos con los nuevos perfiles de ciudadanía: el aprender a aprender, el ser multicompetenciales, la percepción de la interdependencia, la autonomía, los juicios y la responsabilidad hacía el otro (Delors, 1996). En general los estudiantes parten de unas preconcepciones positivistas fruto posiblemente de la enseñanza convencional. Por lo tanto parece necesario apostar también por las posibilidades que ofrecen los enfoques humanísticos , y concretamente en esta propuesta el universo autobiográfico para profundizar en lo que las personas hacen, piensan y dicen con la finalidad de interpretar también la realidad a partir de la subjetividad individual (Pujades, 2000). En este sentido, hay que entender la autobiografía como una estructura de lenguaje que impulsa al estudiante a re-construir su propio sistema narrativo basándose en la conjunción de tres elementos básicos: la memoria, la metáfora y el lenguaje (Onley, 1991).