La pedagogía crítica aporta una propuesta metodológica global de formación crítica de la persona en las distintas áreas de la formación (Giroux, 1988; Kanpol 1994). Al respecto, para Cassany (2002), algunas características principales del pensamiento crítico son: a) no entiende el conocimiento como un fin, sino como un medio para problematizar constantemente los hechos; b) ningún conocimiento carece de intereses, normas y valores humanos subyacentes, por lo que resulta fundamental poder adoptar diversidad de puntos de vista y desarrollar el pensamiento dialéctico. Particularmente, en el presente artículo se tiene en cuenta la manera cómo el ser humano se apropia de su cultura e incorpora en su contexto sociocultural e histórico un sello particular en la expresión del lenguaje, a partir de la forma de interactuar y de relacionarse con el mundo. Así mismo, la mirada de la lectura crítica se convierte en una cuestión moral-ética, en la medida, que la diferencia se sumerge entre lo que se lee, piensa, con lo que realmente está sucediendo en un panorama social, político y económico para establecer criterios de responsabilidad desde el punto de vista que se tiene como ciudadano.