Comenzaré considerando muy brevemente la aplicación del nuevo concepto de “verdad relativa” (Kölbel (2004, 2005), MacFarlane (2005, 2007, 2014), Lasershon (2005), Wright (2006)) a la evaluación del discurso que incorpora predicados  que expresan gustos personales como “ser sabroso” o “ser divertido” para ilustrar ámbitos del discurso en los que el concepto de verdad relativa puede dar cuenta de manera consistente de nuestras intuiciones con respecto a la “discrepancia sin error” que  parece caracterizar dichos discursos. A continuación trataré de mostrar  que la aplicación del instrumental semántico de la verdad relativa al discurso moral permite distinguir formalmente versiones del relativismo moral y proporcionar una semántica coherente a algunas de ellas siempre que se renuncie a una interpretación incondicional de la discrepancia sin error en el ámbito moral. Concluiré defendiendo que en el caso de los juicios morales si la discrepancia es real, si la evaluación se refiere al mismo hecho o conducta, entonces  alguna de las partes incurre en un error de algún tipo.