El Sistema Penitenciario en México y la ejecución de las penas en los muchos centros penitenciarios que existen en el país, presentan problemas comunes para la atención y reinserción de los internos: sobrepoblación, promiscuidad, deficiente rehabilitación y escasos recursos para mantener sus prisiones. Lo que repercute dramáticamente al Estado, reflejándose en poblaciones penitenciarias que rebasan su capacidad para atenderlas de manera digna, eficiente y eficaz. El reto obliga al Estado a realizar un esfuerzo de inversión en mantenimiento, conservación de las prisiones, pago de personal especializado para la custodia, la implementación de tecnología, y la manutención alimentaría de los internos, que, de no llevarse a cabo por el Gobierno, se está convirtiendo en una bomba de tiempo. La privatización de algunos servicios en los Centros de Readaptación Social puede ser una alternativa. Teniendo como beneficios: proyectos arquitectónicos funcionales, financiamientos para construcción de nuevos centros, mejor calidad de vida para los internos en cuanto a su alimentación, ropa y todo un menú de bienes y actividades. Es evidente la necesidad de la modernización del sistema penitenciario como un desafío para los nuevos tiempos.