Colombia inició en el año 2009, una estrategia nacional de educación económica y financiera EEF, gracias a un estudio realizado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público de Colombia, el Ministerio de Educación Nacional, el Banco de la República, la Superintendencia Financiera,  el Fondo de Garantías de Instituciones Financieras; en el que se evidencia entre otras, los bajos niveles de ahorro de los hogares colombianos, el sobreendeudamiento, el desconocimiento o poca confianza en los  productos financieros y los bajos niveles de inversión. En otro escenario, los resultados obtenidos en las pruebas PISA durante los últimos años 2012- 2015, ubican a Colombia en los últimos lugares, especialmente en el área de educación financiera. Se genera entonces la inquietud por impartir educación financiera a los jóvenes que, por su edad aún no ingresan a la universidad, pero que sí se encuentran vinculados a instituciones o centros educativos de educación básica secundaria, que, según la norma, dichas instituciones están en la obligación de impartir educación financiera; pero no siempre se pueden verificar contenidos relacionados, en los currículos diseñados para educación básica secundaria. La inquietud de educar financieramente a la juventud, surge a causa de la necesidad detectada en la educación tradicional, en cuanto a formación básica se refiere, ya que la falta de educación financiera, persiste en la población en general, afectando diferentes niveles socioeconómicos y la evolución de las empresas generadoras de recursos.  En el ámbito académico el problema se evidencia, especialmente en los recién egresados de programas profesionales, que salen a enfrentar una nueva vida sin haber desarrollado las competencias necesarias para manejar sus propias finanzas personales. Ser profesional en alguna de las disciplinas, no garantiza la experticia para administrar aun los recursos propios. Mucho menos, administrar eficientemente los recursos de una organización.  Lograr que niños, jóvenes y adultos se eduquen financieramente, no compete exclusivamente a la academia, sino que es responsabilidad de todos.