La abolición de la pobreza, el respeto a la libertad y la búsqueda de la paz social, son algunos de los objetivos que toda sociedad civilizada intenta alcanzar. Por ello han adoptado instrumentos (Estatales o civiles) para la creación y adecuación del contexto idóneo para llegar a dichos fines. En tal consenso intervenían actores locales y nacionales con un perfil similar y un paradigma congruente con su realidad. Hoy, el ethos nativo da paso una ecología de saberes exógenos definiendo a lo que es ser mexicano, y que abarcan ámbitos políticos, económicos, jurídicos, sociales y culturales. Este choque de saberes culturales, es promotor de una disparidad de instrumentos adoptados por el Estado en la aplicación del concepto de desarrollo, bienestar y cultura ante la percepción local de dichos conceptos en la región de Tepalcatepec, Michoacán, México. Por ende la cultura se convierte en uno de los elementos de obstrucción del bienestar desde un concepto occidental, inculcando a la sociedad michoacana vivir bajo concepciones de bienestar, desarrollo y cultura derivados de esquemas políticos y de desarrollos colonizadores. Dicha hibridación cultural de leyes y conceptos sirvió como catalizador de movimientos sociales, en este caso, en el año 2014 la conformación y levantamiento en armas de las autodefensas en el Municipio de Tepalcatepec, en contra de los cárteles del narcotráfico y el mismo gobierno constitucional, legitimados por la inexistente aplicación de las leyes vigentes del estado mexicano.