Conocer los elementos que nos conforma como seres humanos, es una tarea útil, porque permite identificar y reconocer lo que somos y probablemente decir hacía donde vamos. Esto nos lleva a un proceso interminable de identificación y diferenciación con el Otro (García & Baeza, 2002). El estudio se realizó en el estado de Coahuila, al noroeste de México, en la ciudad de Saltillo, la capital del estado, la población asciende a los 725 123 habitantes. El objetivo de la investigación fue analizar los elementos culturales subjetivos y objetivos que conforman la identidad de las y los jóvenes universitarios. Se trabajó con 20 jóvenes universitarios, hombres y mujeres con edades entre los 19 y 25 años, solteros, sin hijos, estudiaban psicología y ciencias de la comunicación. La técnica de recolección de la información fue mediante grupos de discusión, se realizaron cuatro grupos. El método de análisis de la información fue mediante el análisis nuclear-tópico (Ibañez, 1979). Los resultados se agruparon de acuerdo a las categorías teórico-conceptuales (identidad cultural objetiva e identidad cultural subjetiva) que se predefinieron teóricamente; sin embargo, al realizar la investigación se complementaron con los contextos en los que se desenvuelven ya que definen elementos identitarios. Algunos de los resultados que se han encontrado hasta el momento en la identidad cultural objetiva son: las actividades de tiempo libre, fiestas regionales, vestimenta, alimentos que consumen cotidianamente, lenguaje, clima, entre otros. De acuerdo a los elementos de la identidad cultural subjetiva, se pueden mencionar las formas de expresar los sentimientos, las relaciones de noviazgo y las emociones y sentimientos que manifiestan ante la ola de inseguridad y violencia que se vive en la región. Las y los jóvenes integran aspectos de la cultura texana a su identidad cultural debido a que Texas se torna un escenario significativo de similitud para su construcción sociocultural. Además, tiene influencia de los familiares que viven en Estados Unidos y los visitan con frecuencia. Ellas y ellos se conciben como mexicanos pero no están conscientes de los elementos externos que traen para sí, dado que se encuentra naturalizado en su experiencia, es decir no está reconocido como algo diferente. Se podría decir que su identidad contempla elementos tradicionales de la cultura mexicana pero también integran elementos norteamericanos que hace que la identidad sea hibrida (García, 1990).