Como otros países primario exportadores, Ecuador ha experimentado desde la década de 1970 una dependencia con la industria petrolera; misma que generó entre otros aspectos, un bicentralismo entre las dos principales ciudades del país, captando las rentas generadas por la actividad extractiva y desembocando en un modelo de desarrollo nacional altamente asimétrico. En la última década, y a la par del boom y fin de los precios de las commodities, Ecuador optó por desarrollar la minería industrial en el país. Para romper con la lógica centralista mencionada, el país andino ha implementado una estrategia de distribución de las regalías que genere la actividad minera. Esta última busca que el 60% de las rentas generadas por un determinado proyecto minero, serán transferidas a los gobiernos locales para la inversión en proyectos de desarrollo social. En este sentido, el propósito de esta investigación gira en torno a identificar las divergencias en la formulación de política pública minera ecuatoriana, por fomentar un sistema redistributivo heterodoxo que potencie el desarrollo local. Dicho esto, el artículo en su primera sección recoge el debate sobre la presencia del estado en la economía desde la categoría analítica del posneoliberalismo, para luego analizar la distribución de las rentas en el período petrolero en comparación a la evidencia registrada en el período actual. Una premisa fundamental es que si bien el Estado ecuatoriano ha perseguido una política posneoliberal en lo referente a la captación de una mayor porción de las regalías, así como la centralidad del este actor en la relación con el capital minero transnacional; no rompe con un modelo de desarrollo de las últimas décadas ni tampoco es un modelo poscapitalista.