Toda democracia necesita garantizar el derecho a las libertades de expresión y de información, siendo la libertad de prensa una de sus materializaciones; razón por la cual los medios de comunicación juegan un papel preponderante no solo en el ejercicio de las libertades, sino también en la toma de decisiones; es por ello que puede afirmarse que son una herramienta en la construcción de la paz. Sin embargo, la sociedad actual no puede leerse exclusivamente desde los medios tradicionales (radio, televisión y prensa), pues las redes sociales sumado a medios alternativos (en su mayoría virtuales) han servido incluso de contrapoder, creando discursos disruptivos, y se han convertido en un nuevo escenario de discusión democrática que permite divulgar mensajes, escuchar otras voces e incluso cuestionar las oficiales, por lo que también ameritan una lectura ética y por supuesto política para llegar a comprender su alcance y responsabilidad. En Colombia es especialmente importante reflexionarlo por el cariz que tomaron algunas discusiones cuando paradójicamente los discursos que decían hablar de la paz utilizaban en simultáneo un lenguaje agresivo contra quien pensaba distinto.A manera de estudio de caso, debido a la alta importancia y repercusión nacional e internacional, desde el Observatorio de Ética, Política y Sociedad de la Universidad Pontificia Bolivariana realizamos en el año 2016 un seguimiento especial al Plebiscito realizado el 2 de octubre de dicho año y la manera en la que se reportó un escenario que estuvo marcado por la polarización y donde la función y legitimidad de los medios tradicionales resultó cuestionada. Es por ello que pretendemos ahora presentar aquí las reflexiones éticas que conlleven a profundizar desde lo vivido la función de los medios de comunicación en el desarrollo del país y en las transformaciones sociales que deben motivar encaminadas a la construcción de la paz.