El presente trabajo hace parte de un avance del proyecto de investigación titulado “La ley de verdad como principio de legitimación de las normas y las instituciones políticas” que se desarrolla con la Universidad Santiago de Cali, en el marco de una  propuesta para formular un modelo de legitimidad que responda a las necesidades del postconflicto en Colombia, para una paz estable y duradera. En este trabajo se pretende mostrar que los imaginarios institucionales y discursivos que gravitan alrededor del modelo de democracia representativa despojan a los individuos, de una manera casi imperceptible, de la facultad de juzgar en común las situaciones del mundo que comparten en un espacio común y la sustituye por universales que remplazan el juicio de los individuos, juzgando y decidiendo por anticipado, en nombre de estos, los eventos del mundo social. De la misma forma se mostrará que la democracia representativa funciona como un  extraórgano que compensa el despojo de la facultad de juzgar, y cumple la función de realizar los juicios y los deseos de los agentes sociales que viven un mundo común, que es juzgado por anticipado bajo las orientaciones del súper poder que emerge del modelo económico capitalista-liberal y de la mundialización económica y política. Con lo anterior se pretende concluir que la democracia y los derechos fundamentales cumplen una función instrumental del capitalismo privado que compensa la pérdida de autonomía de los individuos para juzgar en común el mundo social y político que está inmerso en la era de la mundialización.