El capital social reviste gran importancia tanto a nivel social como individual. Esta tipología de capital permite reconocer los recursos tangibles e intangibles que pueden traducirse en la solución de un problema o en el logro de oportunidades. Con el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), el debate sobre el capital social ha cobrado nuevos matices. El escenario tecno-social habilita condiciones de posibilidad para producir y reproducir vínculos duraderos y útiles capaces de generar bienes –materiales y/o simbólicos-, fomentar activos sociales como son las redes, la confianza, la reciprocidad, la participación, la cooperación, la solidaridad, la cohesión social y la acción colectiva (López-Rodríguez, 2011). Justamente la presente ponencia analiza la relación entre el uso de las TIC y el capital social en México, tomando en consideración factores sociodemográficos y económicos como el sexo, los ingresos y la escolaridad -que inciden tanto en las redes de relaciones, la confianza y la reciprocidad, como en el acceso y uso de las TIC en el país-. Para ello, se aplicaron 245 entrevistas en profundidad, distribuidas en cuatro estados que representan niveles distintos de bienestar social: Ciudad de México (muy alto), Tamaulipas (alto), Estado de México (medio) y Oaxaca (bajo) (Martínez-Martínez, 2016). Los resultados muestran que, en general, las TIC favorecen el desarrollo y consolidación del capital social en el país. Sin embargo, dadas las particularidades del contexto mexicano, se encontraron diferencias notables respecto a los usos de las TIC que fomentan el capital social, el grado de desarrollo y las tipologías de capital social de los entrevistados, según la escolaridad y el nivel socioeconómico. Igualmente, los hallazgos dan cuenta de diferencias significativas en las funciones atribuidas al capital social entre hombres y mujeres.