Identifier
Event
Language
Presentation type
Topic it belongs to
Subtopic it belongs to
Title of the presentation (use both uppercase and lowercase letters)
Presentation abstract
Long abstract of your presentation
Los efectos de la
corrupción -definida como los actos en que ciertos funcionarios públicos incurren
en sus decisiones para usufructuar en su beneficio personal las insuficiencias
regulativas, sea por ignorancia de la ley o por consensos distópicos-, recaen directamente
en el ámbito económico-político. No obstante, es poco discutido su origen en la
filogenia humana, superando la creencia de que su gestación se encuentra
necesariamente en contextos sociales negativos, como parece asumirse en todo el
mundo. Tal controversia exige el intentar ir a fondo desde el medio científico,
pues al desconocer el origen profundo de un fenómeno, su registro o control se torna
incierto. En la convicción de que, entre todas las formas de falta de justicia,
en ésta, los países subdesarrollados tienen una forma particularmente delicada,
sea por el alcance social o el daño ético-emocional que ocasiona entre
conglomerados de impávidos observantes o copartícipes supinos. Por tanto, se
requiere activar la reflexión sobre:
- 1. 1. La
necesidad de desarrollar tipologías ajustadas a casos sobre los actos corruptos
variantes de un país a otro. Lo que en un país desarrollado es severamente
penado, puede ser que en otro ni sea considerado. R. Sautu et al (2004),
aportan un “Catálogo Lego de Prácticas Corruptas”, que agrega entre otras, las transferencias
patrimoniales, el otorgamiento de privilegios, abuso de poder, favoritismo y
clientelismo. Laporta y Álvarez (1997) proporcionan una taxonomía más amplia,
aunque tampoco exhaustiva, pero que entra a los aspectos de ética entre sujetos
activo-pasivo.
2. 2. El
grado de desarrollo cultural influye en el interés por desarrollar tipologías
que permitan actuar sobre la corrupción de manera quirúrgica. Obsérvese que los
países que han redesplegado su industria a otros (principalmente maquiladores),
más que legislar con severidad contra quienes se corrompen en contra de la
naturaleza, están logrando “limpiar” sus territorios sin mayor problema al participar
en la división internacional del trabajo (que ellos mismos conforman), con la
función esencial de prestadores de servicios de alta tecnología o financieros,
lo cual se logra a través de sus altos niveles de educación impulsores de
manera lógica del cuidado y defensa de su hábitat natural. Por ello, sus leyes no
son modelo a seguir en los países herederos del modelo capitalista de
crecimiento económico altamente contaminante. Empero, explica el motivo por el
que no impulsan genuinamente desde el ámbito internacional mejores medidas de
la corrupción que afectan el cuidado del medio ambiente, si acaso mediciones de
percepciones ciudadanas, más sensacionalistas que útiles para el combate: el
punto punible es la falta de ética por evidente uso de doble moral de lo que
impulsan en su interior respecto a lo que hacen con los que quedan bajo su
influencia económica.
3. 3. Nadie parece querer asumir que el origen de
la corrupción está en la naturaleza humana, que es ser siempre potencialmente corrupto. Tal
reconocimiento implica que la constitución biológica-hormonal (Palma et al,
2014), neurológica (Takahashi, 2012), hereditaria (Maturana
y Varela, 2012) y hasta embrionaria (Pérez, 2010), limita las posibilidades que
quedan al farragoso compromiso individual hacia el colectivo, que alcanza para explicar
la ilógica tolerancia social trascendental a aberrantes actos individualistas flagrantemente
corruptos contra la madre naturaleza.
4. 4. La
corrupción, como desviación actitudinal que es, trasgrede los derechos humanos
al violar los valores de igualdad ante la ley y las normas del ejercicio de
autoridad de los gobernantes o autoridades de arriba hacia abajo, vulnerando
los derechos ciudadanos de abajo hacia arriba. Así, la corrupción a todos
niveles de la administración pública ha de examinarse desde causas observables en
casos como falta de idoneidad y clientelismo de los funcionarios, ineficiencia
de los organismos de control fiscal, complicidad e impunidad ante hechos
ilícitos. El desarrollo organizacional real de las instituciones pro ética en
los organismos públicos suelen desestimar la necesidad de desarrollar a fondo la
misión, visión y similares, debido a que provee convenientes márgenes de
holgura que, en su momento, les beneficia o puede servir para cubrir errores.
5. 5. El capitalismo pro liberal que existe en países
como los de América Latina funciona mal en gran medida porque es de compadrazgo,
al conjugar el poder económico con el político, creando privilegios para grupos
que diseñan estructuras y procesos organizativos que aumentan su riqueza sin intención
de extender los beneficios al resto de la población, antes sirviéndose de ésta. Las formas de usar
el cargo público favorecen oportunidades privilegiadas, discrecionales o
abiertas, de intereses de grupo, concesiones de explotación con ganancias
privadas, sin importarles lesionar el medio ambiente, mas, si incurren en pérdidas,
gestionan medios para socializarlas entre la población, adaptando los regímenes
regulatorios o promoviendo omisiones, igual que cuando requieren eliminar a los
competidores.
Para
mitigar tales influencias, se requiere que grupos interdisciplinarios de científicos
apoyen estudios holistas del origen humano de la corrupción y, en consecuencia,
formulen medidas que mejoren los flujos de información sobre los costos y
efectos reales de la corrupción, favoreciendo todo lo que estimule el
comportamiento ético y establezcan estándares básicos de integridad, y mejoren
la toma de decisiones organizacionales.
Utilizando
todos los ángulos de observación interdisciplinares a que ha lugar, se requiere
impulsar una esquematización diagnóstica de cuando las decisiones públicas lesivas
al entorno natural se originan en actos de ignorancia, faltas de ética calificadas,
forma subconsciente de falta de justicia social, sea por individuos actuando en
solitario o en redes de copartícipes supinos e, incluso, de consensos distópicos
implícitos de corrupción naturalizada, todo ello delicado por el alcance del
daño económico-emocional que perpetra contra la sociedad en su conjunto.
Desde
tal trinchera académica a injertar en el medio público será posible cumplir con
la ayuda efectiva a que estamos convocados por vocación en las universidades
públicas, y detener la destrucción trascendental del hábitat humano, ayudando a
alcanzar la confluencia de mentes que permita avanzar estableciendo métodos y protocolos
de confianza diagnósticos de la inclinación actitudinal de cada candidato o
funcionario en labor que, según la conformación resultante, si bien imposible que
sea infalible, pondrá en senda menos insegura la elegibilidad de quienes resulten con menores predisponentes a la
corrupción. Hasta en tanto éste escrutinio auto limitante se asuma, se podrá
afirmar que la ética en la gobernanza ha dado paso a convertirse en el justo eje
axial que evidencie un genuino desarrollo social.
Keywords (use both uppercase and lowercase letters)
Main author information
Co-authors information
Status:
Approved