Desarrollar mi tesis de licenciatura en psicopedagogía permitió reconsiderar la función de los juegos de crianza, conceptualizados por Calmels (2010), como intervención temprana en beneficio del desarrollo de la integración sensorial en los primeros años de vida.  Allí, no solo se reconoció la posible inclusión de estos juegos terapéuticamente, también permitió reflexionar sobre la posibilidad de trasladarlos a la escuela, reconsiderando su contribución en favor del neurodesarrollo en los niños.  Por lo tanto, se decidió tomar los juegos de rondas, incluidos entre los juegos de sostén, según lo conceptualizado por Calmels (2010), estructurándolos en una secuencia didáctica vinculando lo tradicional de estos juegos, con los beneficios que aportarían al proceso del desarrollo de la integración sensorial en los primeros años. La propuesta se organizó en tres momentos. 1ª etapa: Observación de imágenes. Observación de la obra de Pieter Brueghel “juego de niños”.  Descripción y presentación de cada juego de ronda y sus canciones.  Desarrollo grupal de cada una de ellas.  Repetición al menos una vez de las mismas.  2ª etapa: Visita itinerante del “libro de rondas” por los hogares de los niños. Breve lectura de comentarios escritos por las familias.   Realización de rondas diferentes a las presentadas en la sala.  3ª etapa: Taller con juegos de rondas.  Sectorización de lugares con las diversas rondas.  Juego en pequeños grupos.  Entrega de folleto con la importancia del desarrollo de estos juegos en el neurodesarrollo de los primeros años. La experiencia permitió generar expectativa y disfrute en los niños y sus familias, despertando entusiasmo por continuar y compartir tradiciones junto a sus hijos.  Además de impactar en una evolución progresiva de los niños respecto a su inclusión corporal en estos juegos, en la construcción y ubicación en el espacio lúdico, de los cuidados del propio cuerpo y del otro en cada propuesta.