La escritura de síntesis a partir de múltiples fuentes es una tarea que requiere la integración de ideas de diferentes posiciones y promueve la transformación del conocimiento (Segev-Miller, 2007), especialmente cuando los estudiantes se enfrentan a posiciones contradictorias, pues la necesidad de contrastar e integrar diferentes perspectivas facilita el conflicto cognitivo y podría promover un aprendizaje más constructivo (Mateos y cols., 2014). El uso de guías, diseñadas para facilitar la puesta en marcha de los procesos cognitivos y metacognitivos que subyacen a la elaboración de síntesis argumentativas, puede ser un recurso útil para que el alumnado elabore síntesis de mejor calidad. Estudios previos han puesto de manifiesto una mejora en la estructura y calidad de las síntesis cuando los estudiantes recibían un programa de intervención que incluía como componente una guía gráfica, en comparación con la instrucción tradicional (Kirkpatrick y Klein, 2009). A este respecto, este estudio pretende analizar el uso que estudiantes universitarios hicieron de una guía de escritura y cómo este uso se asociaba a la calidad final de las síntesis que escribían. Los participantes fueron 120 estudiantes del grado de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid que fueron distribuidos en 3 grupos: el primero de ellos recibió una instrucción explícita acompañada de un modelado sobre cómo realizar la tarea de síntesis apoyándose en la guía de escritura; al segundo únicamente se le administró la guía de escritura sin recibir ningún tipo de instrucción al respecto; el tercer grupo no recibió ningún recurso externo como apoyo a la elaboración de la tarea. Los resultados mostraron que los estudiantes cuando eran instruidos explícitamente, modelando el uso de la guía de escritura, completaron la guía en mayor medida que los del grupo sin instrucción explícita y la calidad final de sus síntesis fue mayor.