Aunque  mucho se cuestionen y critiquen, sin lugar a dudas las evaluaciones  externas y estandarizadas son un tema  importante y determinante en la Educación actual, progresivamente ganan más espacio por estar  articulas al concepto de calidad de la educación especialmente   a partir de la implementación en Colombia y América Latina  de los  sistemas nacionales de evaluación estandarizada de la educación. En  Colombia están las Pruebas Saber  aplicadas por el ICFES  en la Educación Básica y Media  como evaluaciones externas y estandarizadas. En este contexto surge la  necesidad y urgencia  de obtener buenos resultados en las pruebas, especialmente en la Prueba Saber 11que  presentan   todos los estudiantes del grado once al final de su formación  en la Educación secundaria. Se genera  preocupación  y máximo interés por los  resultados de las evaluaciones externas y el  obtener “buenos puntajes“, situación  que se  convierte en eje del trabajo escolar, y se olvida  que  la evaluación es  para  aprender, es una posibilidad  para  reforzar y construir conocimiento y para aprender del error. Surgen  algunas  prácticas y actividades  encaminadas a desarrollar una preparación adicional o un entrenamiento previo a las pruebas escritas que se han convertido en prácticas rutinarias y en algunos casos imprescindibles  para  los padres de familia, estudiantes, profesores e instituciones educativas. Esta ponencia analiza algunas situaciones frente a las prácticas y actividades preparatorias  como los “cursos Preicfes”, los llamados simulacros, la amplia oferta de organizaciones  y programas y  personal  que desarrollan una preparación específica, los cuadernillos con preguntas modelo y refuerzo y los   denominados Bancos de preguntas.  Desde mi perspectiva el problema radica en considerar  que la única y más importante función formativa del sistema escolar y las instituciones educativas el preparar para presentar las pruebas y alcanzar altos resultados como único  indicador del rendimiento escolar y la calidad educativa.