Esta investigación realizó una comprensión de los imaginarios de los estudiantes sobre la relación maestro estudiante. Un primer grupo de estudiantes considera que se debe basar en el respeto y la confianza manifestando que “es respetuosa”, “excelente”, “cercana”, “abierta al dialogo”, “amena”, “positiva”, “amable”, “comprensiva”, “mi docente es un amigo más”, “buena se comparte con él”, “el profesor es muy carismático”, “agradable”, “buena porque interactúa con los estudiantes”, “es buena, el profesor se deja hablar, siempre respeta la opinión de los estudiantes”. Al respecto Zapata, Gómez y Rojas (2010), destacan que “aquellos ambientes fundamentados en relaciones de confianza permiten a los seres humanos trabajar en forma individual o en equipo, desarrollar una comunicación abierta, compartir información y exponer puntos de vista sin temor a que se les menosprecie o subestime, lo que constituye, en sí mismo, un ambiente propicio para el aprendizaje a todo nivel, especialmente el universitario, donde los estudiantes acuden en busca de conocimiento que les permita su vinculación exitosa al mundo laboral” (p.,82). Cuando existe una buena relación maestro estudiante, se puede generar un clima armónico; sin embargo, en Educación Superior se hacen visibles algunas tensiones y los estudiantes coinciden en que la relación con su docente no es la mejor expresando: “la relación establecida con el docente no es muy buena y no se tiene en cuenta la formación”, “indiferente”, “poco agradable”, “imparte sus clases y de inmediato se va, y no socializa mucho con los estudiantes”, “ la clase y ya”, “indiferente cada quien en su rol”, “una relación estudiante docente bastante alejada, sólo es una relación académica”, “la relación algunas veces es buena y otras no”. Estos imaginarios de los estudiantes dejan entrever que la relación maestro estudiante sólo obedece a un plano académico donde cada uno asume su rol.