La didactoeugenia concebida como la buena práctica de enseñar a partir de la didáctica, conlleva el conocimiento, el manejo y la intencionalidad de los procesos formativos a través de la historia, en donde se señalan elementos que en el hoy se siguen proponiendo, con otros nombres y otras posturas, pero el hacer didáctico es, ha estado y estará presente en los procesos educativos – académicos de la persona. Es relevante señalar que la instrucción que se presentaba y que requiere para sí modelos y formas didácticas desde las culturas tradicionales se sustentaba en la oralidad, así hay que decir que todo contexto en el que se desenvolvía la persona era un medio de enseñanza, pasando de la preceptoría, a la tutoría y que dará paso a las función del docente, que desde el principio del educare y educere que implica un diagnóstico, una planeación, una realización y una evaluación de experiencias de enseñanza – aprendizaje que posibiliten el desarrollo de metodologías educativas a partir del planteamiento de estrategias, experiencias y actividades de aprendizaje. En la actualidad la realidad educativa se encuentra inmersa en un escenario de cambio permanente que incide en los procesos de formación en todo contexto y nivel educativo.  El docente del siglo XXI (Generación DG, después de Google) debe asumir los retos y desafíos de las características de los estudiantes que de manera inminente requieren nuevas metodologías de aprendizaje vinculadas con las tecnologías de la información y el aprendizaje invisible que esto conlleva para responder a las exigencias del horizonte complejo de la vida actual.