El encierro de las personas en centros de reclusión (prisiones) es empleado por parte de los Estados como una forma de castigar o sancionar a aquellos/as que van en contra de las normas y leyes establecidas en cada sociedad. También, es evidente que en cada momento histórico la reclusión constituye un espacio donde se concentran las mayores desigualdades sociales, porque gran parte de los/as condenados/as vienen de contextos de exclusión, pobreza, adicciones, desestructuración, etc., entre ellas, desventajas o la falta de protección de los derechos educativos y culturales. El derecho a la libertad es un aspecto que en el caso penitenciario queda limitado, y éste, a su vez, afecta en las opciones de realización y de participación social y en las decisiones de su vida. Sin embargo, el resto de derechos teóricamente siguen vigentes, por encima del contexto, por lo tanto, el Estado como principal responsable de la protección de los derechos de sus ciudadanos,está en la obligación de poner en marcha las medidas y recursos para este fin y velar por su cumplimento. En este trabajo analizaremos la educación en las prisiones españolas, en el marco de un proyecto de investigación sobre mujeres en prisión (REINAC, Ref. EDU2016-79322-R), en los que se pone de manifiesto una serie de características básicas sobre las trayectorias educativas previas a prisión, la oferta de formación tanto formal como informal dentro de las mismas, así como valorar la importancia de la protección de este derecho en los espacios punitivos, y su influencia en los procesos de reinserción social.