La química es una asignatura considerada por los estudiantes universitarios como compleja, lo que es reforzado por los altos índices de reprobación que presentan los estudiantes en el área. Algunos autores plantean que esta dificultad radica tanto en elementos asociados al aprendizaje humano como a elementos de la naturaleza intrínseca del área. Esto, junto a la necesidad de formar a individuos alfabetizados científicamente, demanda en los docentes de química la capacidad de reflexionar para mejorar su práctica educativa, de modo que puedan superar las dificultades que subyacen en el aprendizaje de la asignatura como para desarrollar competencias necesarias para el siglo XXI, como lo son el pensamiento crítico y el trabajo en equipo. Dentro de las estrategias posibles que permiten desarrollar ambas habilidades se encuentra la Metodología por Indagación, que consta de cuatro fases fundamentales: (a) Focalización, (b) Exploración, (c) Reflexión y (d) Aplicación. Esta metodología fue  aplicada y evaluada en la signatura de Química General a estudiantes de primer año de odontología para el contenido de Estequiometria. Los resultados preliminares obtenidos son comparados con aquellos del año anterior, bajo condiciones similares de estudiantes y extensión de contenidos. Los números muestran que no existe elevación en el promedio de notas, sin embargo, es posible atribuir a la actividad aplicada la obtención de un aumento en la motivación y disposición al trabajo en el aula, como asimismo, a la discusión y pensamiento crítico, que nos permitió obtener como resultado un aumento de respuestas correctas en la evaluaciones, con un menor margen de  desviación, de 34-83% en el año 2017 a 64-70% en el año 2018.