El desafío de universalizar la educación secundaria básica y de calidad en Argentina viene constituyendo un reto para las instituciones y docentes desde hace algunos años. Superar  enseñanzas  memorísticas y mecánicas que han evidenciado un costoso fracaso promueve el repensar  nuestra práctica docente con el objeto de orientarnos en un enfoque multidisciplinario, cooperativo y aplicable a una sociedad dinámica y cambiante. Al momento de emprender el diseño de un Proyecto, encontramos una gran amplitud y variedad de contenidos que son abordados de manera aislada por diferentes disciplinas que conforman el Ciclo Básico. Es deseable, entonces tomar como referencia lo propuesto por los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAPs), y seleccionar como ejes organizadores los tópicos de mayor nivel de abstracción, amplitud y complejidad presentes, tales como, Materia, Energía y Cambio, que permiten establecer diferentes niveles de formulación en la construcción de un saber científico escolar deseable y el enfoque Ciencia, Tecnología, Sociedad y Valores, el cual contribuye al análisis de problemáticas actuales, tales como las relacionadas con la Salud y el Ambiente, y la Problemática energética actual. En síntesis: La incorporación de una estrategia educativa integral, motivadora y significativa posibilita la progresiva alfabetización científica y tecnológica de los estudiantes, logrando que los mismos construyan conocimientos y capacidades básicas de las ciencias para fundamentar la toma de decisiones en diversos contextos.