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El 11 de marzo de 2020, la
organización mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia mundial de COVID-19.
La respuesta en cuanto a la educación en, prácticamente, todos los niveles, fue
implementar un modelo emergente a distancia. Los encargados de la educación
tuvieron que adaptarse rápidamente al uso de tecnologías digitales para
trabajar en modelos educativos virtuales, en línea y a distancia. Sin embargo,
tanto para docentes como para estudiantes, el enfrentarse al enclaustramiento y
aislamiento de otros, a pesar de las facilidades de la tecnología (en caso de
tener acceso a ella), fue desolador. En México, la Encuesta de Medición del
Impacto COVID-19 en la Educación arrojo información pertinente: 58.3% declararon
que el aprendizaje era menor o nulo que en presencial; 27.1% que había falta de
seguimiento del aprendizaje; y 18.8% que había una carga de actividades
escolares excesiva (INEGI, 2021).
Los estudiantes presentan una
disminución en la motivación y el rendimiento académico con un aumento de la
ansiedad, depresión y trastornos de sueño. En este panorama, recae
principalmente en los profesores, como guías del aprendizaje, la tarea de realizar
una comunicación comprensiva para buscar un mejor aprovechamiento y mayor
bienestar de sus estudiantes, pues, aunque se vale de los recursos tecnológicos
como elementos fundamentales, la educación en tiempos de pandemia no es una
problemática centrada en lo tecnológico, sino en lo humano.
En el caso concreto de la
educación en línea, se basa en un modelo de aprendizaje donde el eje principal
es sincrónico, es decir, las sesiones se hacen vía streaming en tiempo real a
través de una plataforma de videoconferencias; a la par, se cuenta con una
plataforma de interacción asincrónica para la recepción de actividades, entrega
de calificaciones, compartición de materiales, foros y demás (Ibáñez, 2020).
Aunque el mayor peso de la enseñanza radica en la interacción a través del
video, entre personas que comparten la intimidad de sus hogares.
La comunicación es el acto básico
de transmisión de ideas, pero más que eso, pone en común entre dos o más seres
que buscan compartir pensamientos, sentimientos y valores propios; es también
el mecanismo fundamental mediante el cual se crea comunidad y, por ende, todas
las formas de agrupación e instituciones sociales (Amador, 2015). Como guías en
el proceso de aprendizaje, a los docentes nos debe quedar claro que la comunicación
juega un papel elemental no sólo para transmitir conocimientos, sino para
fomentar el bienestar de nuestros estudiantes. Por lo tanto, se presenta una
propuesta para lograr una comunicación comprensiva y tener un mejor impacto en
aquellos que están bajo nuestra tutela, siendo tres los ejes que la componen: a)
Comprensión y conexión de horizontes, b) Establecimiento de la comunicación, y
c) Conexión de los pensamientos.
Comprender y conectar horizontes se refiere a conocer,
entender y ser conscientes de la realidad del otro, que cada interpretación del
mundo, cada horizonte de pensamiento es distinto y único. La pandemia ha
golpeado a todos, pero no de la misma forma y no todos lo enfrentan de igual
manera. Debemos ser abiertos y buscar la comprensión de cada uno de nuestros
estudiantes, no sólo como alumnos, sino como personas que afrontan desafíos en
lo escolar, lo familiar, lo personal y demás ámbitos. En este sentido, es muy
importante no hablar como entendemos las cosas, sino para el entendimiento del
otro.
Establecer comunicación significa poner en común las ideas,
los valores y las formas de ser. En nuestro caso, una de las metas básicas es
transmitir conocimientos, aptitudes y habilidades, pero también generar formas
de pensar y de actuar, críticas, éticas y comprensivas. El primer paso para
lograr esto es, como se le llama coloquialmente, “romper el hielo”: hacer rapport,
crear sintonía con los otros y crear una conexión basada en la empatía y el
respeto mutuo. Posteriormente, viene el irse conociendo, compartir experiencias
y no sólo la información pertinente para la clase (que preferentemente debe ir
ligada a situaciones cotidianas o fácilmente identificables). Aquí se empiezan
a crear vínculos de unos con otros y se va construyendo el objetivo de este
eje: la creación de una comunidad.
El último eje se trata de conectar los pensamientos. Con
ello se hace referencia a dos procesos psíquicos análogos que son el logos
y el mythos, argumentar y narrar. Resulta importante no sólo tener
capacidad lógica y argumentativa de nuestros temas, sino de integrarlos a la
vida cotidiana a través de la narración, de lo que hoy se conoce como storytelling.
Buscar el interés de nuestros estudiantes para que la comprensión sea
superior y puedan relacionarla con el mundo en que viven. En este sentido,
resulta importante no sólo explicar sino dejar que ellos se expliquen para que
exista una aprehensión auténtica de la información y una construcción del conocimiento.
También entra en esto la interrelación entre disciplina y flexibilidad, el
marcar pautas y límites, pero, con base en la comprensión de horizontes, ser
capaces de abrir posibilidades y establecer acuerdos. Recordemos que este
proceso debe ser beneficioso para todas las partes implicadas. Todo esto cierra
con el desarrollo de una apertura mental, estar dispuestos a experimentar
nuevas formas de enseñar y aprender.
Al integrar la comprensión y conexión de horizontes, el
establecimiento de la comunicación y la conexión de los pensamientos, es
posible lograr una comunicación comprensiva que facilite nuestra labor como guías
de aprendizaje, pero más que eso, que logre un beneficio real para los
estudiantes que están bajo nuestra tutela, no sólo en la adquisición y
construcción de conocimientos, lo meramente académico, sino como seres humanos
que piensen, se expresen y actúen de forma crítica, responsable y comprensiva.
REFERENCIAS
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abierta. Editorial Desclée de Brouwer. Bilbao.
Amador, J. (2015). Comunicación y cultura. Conceptos básicos
para una teoría antropológica de la comunicación. UNAM. Ciudad de México.
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para una teoría de la interpretación. UNAM. Ciudad de México.
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Wali, M. (2020). Educating Pandemic World: Anxiety Coping Strategies for Higher
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Bruner, J. (2015). La educación, puerta de la cultura. Antonio
Machado Libros. Madrid.
Carbonell, J. (2015). Pedagogías del siglo XXI: Alternativas
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Escobar, M. (1985). Paulo Freire y la educación liberadora.
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Girón, J. et. al. (2020).
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Ibáñez, F. (2020). Educación en línea, Virtual, a Distancia
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– Tecnológico de Monterrey. https://observatorio.tec.mx/edu-news/diferencias-educacion-online-virtual-a-distancia-remota
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digitales: Comunicación, redes sociales y nuevas narrativas. Ediciones Octaedro.
Barcelona.
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