Distintos organismos internacionales se han hecho eco, en los últimos años, de la importancia creciente de la escolarización preescolar, así la UNESCO (2015), en sus objetivos de desarrollo sostenible, destaca tanto la necesidad de acceso a esta etapa como la preocupación por la mejora de su calidad. Indudablemente este periodo tiene una importancia central en el desarrollo futuro del individuo y, en consecuencia, la investigación educativa debe destinar sus esfuerzos a comprender mejor la educación preescolar y su vinculación con el aprendizaje en etapas posteriores. El presente estudio, persigue el objetivo de analizar la influencia que la escolarización en Educación Infantil (0-6) pudiera tener en el rendimiento posterior. Para este fin, se realiza un análisis secundario de los datos de PISA 2015 en las áreas de ciencias, matemáticas y comprensión lectora, teniendo en cuenta la edad de inicio de la escolaridad. Los principales resultados muestran como, tras más de 10 años de escolaridad, los efectos sobre el rendimiento persisten en las tres áreas evaluadas, existiendo un patrón común que parece indicar un periodo “óptimo” de escolarización que se situaría en torno a los 2 años. En consecuencia, el inicio de la educación preescolar, parece un factor destacado en el desempeño de los estudiantes en niveles posteriores, efecto que contrasta con la escasa atención que dicha etapa recibe, especialmente desde el punto de vista de la evaluación de programas educativos. Conocer en mayor profundidad el funcionamiento de los dos ciclos que configuran la etapa podría ser determinante en la mejora de la calidad de la enseñanza, la Evaluación en Educación Infantil se reivindica como una herramienta clave a tal efecto.