Contar con el equipamiento y la conectividad no garantizan el uso adecuado de las TIC en el ámbito escolar, urde realizar cambios en actitudes, pensamientos, cultura, contenidos, y sobre todo en los modelos de trabajo docente para darle nuevo sentido a las prácticas pedagógicas, donde docentes como estudiantes deben ser corresponsables de contribuir a la sociedad del conocimiento,  desarrollar entre sus competencias las digitales y aplicarlas tanto en el ámbito laboral como en el educativo con fines de mejora. Pero, para 2012 la Inversión que se hace en Ciencia, Tecnología e Innovación es alrededor del 0.4% del PIB, que es la más baja dentro del bloque de países pertenecientes a la OCDE, y es poco lo que ha incrementado durante los últimos 20 años; incluso, la cobertura en educación superior, ésta era tan sólo del 32.8%. Los índices con referencia al desarrollo científico en México, se encontró que el número de investigadores por cada 10,000 habitantes es de 2.9; el número de investigadores por cada 1,000 habitantes de la población económicamente activa es de 0.82, el número de doctores graduados por cada 10,000 habitantes es de 0.32 (ANCTI, 2012). En las Escuelas Normales existe un deficiente desarrollo académico de los profesores para realizar tareas de investigación, difusión, así como escasa promoción en el uso de la tecnología como recurso de enseñanza y aprendizaje. Los resultados obtenidos se puede afirmar que la mayoría de los profesores no tuvieron un contacto directo y permanente las TIC en su formación de posgrado, por tanto, no es descabellado esperar que tampoco las incorporen en su práctica profesional. Aunque el 92% afirma que si utiliza las TIC en su práctica profesional.