Los acontecimientos que siguieron a los ataques del 11 de septiembre en New York y el advenimiento de las nuevas tecnologías de información y comunicación -TIC’s, produjeron una serie de transformaciones que han impactado profundamente en la estructura social, política y jurídica de los Estados. En este sentido, el 11 de septiembre de 2001 significo un antes y un después en la conciencia colectiva y en los marcos interpretativos y de sentido de las interacciones sociales y de los Estados, replanteando conceptos como seguridad, protección y certeza. Las nuevas tecnologías de información y comunicación, aunado a la profundización de la globalización, abrieron la posibilidad de contar con una sociedad interconectada gracias a flujos de comunicación constantes y permanentes a una escala antes no experimentada, generando nuevos retos para el funcionamiento y estructura del Estado. Este proceso se ha presentado con el paso de un gobierno centrado en el ámbito interno (government) a un gobierno ampliado cuya principal característica recae en su papel integrador en el escenario internacional (governance). Comprender los efectos más profundos de la revolución de las telecomunicaciones permite entonces, analizar las nuevas funciones del Estado y la forma en que las instituciones deben responder a presiones provenientes de una multiplicidad de actores y redes de interacción tanto en la esfera interna (social) como de la internacional (geopolítica).