El sistema educativo nacional en México emplea profesores sin formación para algunos de sus niveles, para la educación básica, existen las normales de preescolar, primaria y normal superior; sin embargo no existen escuelas que formen a los docentes de educación especial, bachillerato, normal y educación superior.  Estos últimos niveles educativos son atendidos por profesores de educación secundaria y profesionistas universitarios carentes de la formación pedagógica y especifica de dichos niveles. Ante esta situación y considerado el contenido de la Reforma educativa, algunos de los procesos sociales de mayor trascendencia para cualquier Estado, son tanto la formación como la actualización de los docentes. Sin lugar a dudas, éstos son promotores en la transmisión cultural a las nuevas generaciones, las cuales podrán aprovechar dicho legado para adaptarse e identificarse con su grupo. Es el maestro quien realiza una función clave en la formación e información de las recientes generaciones y contribuye al enriquecimiento de una sociedad, permitiendo el desarrollo y transformación de estructuras sociales, la familia, la escuela, la comunidad y la misma sociedad en general La Reforma Educativa, señala entre sus apartados la revaloración de la función magisterial, definiendo que es el maestro quien promueve conocimientos, fomenta la curiosidad intelectual y debe ser ejemplo de superación personal.  Recordemos que la eficiencia de un sistema educativo no se mide sólo por su capacidad de cobertura o niveles de expansión, sino también por el producto final, esto es, por la calidad de estudiantes y profesionistas que prepare.  Los cambios acelerados de la ciencia, el impacto de la tecnología en nuestro hacer cotidiano, así como las condiciones socio-económicas y políticas que convulsionan a nuestra sociedad, imponen la necesidad de proporcionar una educación más congruente con el cambio social.