La Seguridad Pública es un servicio y un activo social de sumo valor y equilibrio para el desarrollo y bienestar de cualquier sociedad en el mundo; para desgracia de México, en los últimos años este activo social y derecho humano se ha visto seriamente afectado al detonarse un serio problema de inseguridad, violencia y delincuencia en varias de sus regiones, el cual se encuentra siendo generada por muy diversos factores, entre los que destacan dos: los grupos de delincuencia organizada locales e internacionales dedicados a la producción, tráfico y venta de drogas ilegales, y el obsoleto e ineficiente modelo policial para prevenir, investigar y combatir el delito. Como antecedente de lo anterior, en el año 2010 y en base a la propuesta realizada por el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa, se presentó una iniciativa ante el H. Congreso de la Unión para unificar a las policías munic­ipales con la policía estatal en los 31 estados del país y con el Distrito Federal (hoy Ciudad de México), para formar así una Policía Única Es­tatal por cada Entidad Federativa, sin embargo dicha iniciativa fue rechazada y “congelada” hasta el mes de diciembre del año 2014, teniendo como detonante los sucesos acontecidos en Iguala, Guerrero en el mes de septiembre de ese mismo año con la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, sin embargo, la iniciativa fue rechazada de nueva cuenta, aunque en esta ocasión de manera parcial, para proponer un modelo policial no “único”, si no “mixto”. En ese tenor, la ponencia propuesta analiza a ambos modelos de política pública en materia de seguridad, generando un análisis comparativo, así como cuestiones trascendentales que quedaron de lado en la reforma propuesta por el Senado de la República, las cuales seguirán significando serias afectaciones en materia de seguridad en México.