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A partir del año 1976 implantado por la Dictadura Militar hacia adelante, se han aplicado políticas neoliberales en Chile. Durante este mismo período de gobierno y, sin oposición política en el parlamento, dado que este no existía, sin oposición sindical, dado que cualquier tipo de disidencia implicaba un riesgo inminente para quien lo sustentara, se diseñaron y aplicaron un conjunto de políticas y prácticas que asentaron el modelo neoliberal en el país. En un ejercicio que no tiene comparación con otras naciones, incluso aquellas, que se reconocen como sociedades liberales en lo económico. Posteriormente, desde 1990 vuelve la democracia y en los gobiernos de la coalición denominada “Concertación de partidos por la democracia”, se siguieron aplicando políticas neoliberales, sólo que a diferencia de la época dictatorial, se desarrolló un foco orientado a tratar de mejorar la situación económica de los más desposeídos del sistema y,  a revertir, en la medida de lo posible, los enclaves autoritarios heredados del gobierno del general Augusto Pinochet.   Como consecuencia de lo anterior, Chile se transformó en una sociedad neoliberal, con índices macroeconómicos que son una fiel evidencia de esta afirmación. Entre las consecuencias más directas de la aplicación irracional del neoliberalismo en el país, Chile ha estado entre los países más desiguales respecto de la distribución del ingreso, utilizando para estos efectos la metodología Coeficiente de Gini.