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El sistema democrático requiere de una ciudanía activa en el debate de lo público y en la reivindicación de los derechos fundamentales. La comunicación de lo que es político adquiere una condición de eje transversal, y debemos acotar lo que comprendemos por comunicación política, refiriéndonos a los procesos comunicativos que se vinculan con lo público. En la actualidad, la representación política se encuentra influenciada por los medios de comunicación, siendo los medios tan importantes para consagrar a candidatos/as como los/as militantes y activistas políticos/as. Frente a la realidad del desarrollo de la comunicación masiva en el siglo XXI surgen interrogantes por la responsabilidad  y el rol que le competen en democracia. ¿Los medios de comunicación educan a la ciudadanía para un sistema de democracia participativa? ¿Contribuyen a la imagen de mujeres en su representación política? ¿Apoyan el trabajo político para la igualdad de oportunidades de la ciudadanía? no se pueden eludir ciertas dimensiones vinculadas a la comunicación masiva, como un elemento clave de un sistema donde los espacios de poder continúan sesgados por las desigualdades implícitas en las relaciones de poder. Es necesario mencionar el papel que representan los medios de comunicación en la sociedad democrática como uno de los factores más importantes en la configuración de las expectativas del público sobre los y las políticos/as,  y sobre la participación de las mujeres políticas. Son creadores de opinión, por lo tanto, su trascendencia es primordial