Entre las diversas formas de construir de familias en el mundo, se encuentran las que eligen adoptar menores de edad de su propio país o de otras partes del mundo. Un fenómeno que coloca al ser humano como una mercancía, al identificarse países exportadores caracterizados por  sufrir   altos índices de pobreza o alguna desgracia natural, terremoto, inundación o a causa del propio hombre como la guerra; en contraparte, están los países consumidores entre quienes destaca Estados Unidos y Europa. El fenómeno de adopción coloca dos mundos polarizados que permiten construir familias multiculturales en un mundo global. El enfoque teórico se sitúa en la comprensión del fenómeno desde la mirada de la posmodernidad con autores como Gilles Lipovetsky (2015), Mike Featherstone (1991), Baudrillar (2007), Ulrich Beck (1998) y Zymunt Bauman (2005, 2013); las categorías centrales que permiten la comprensión del fenómeno son el poder disciplinario y heterotopía de Michel Foucault (1967) y el No lugar de Marc Augé (2008). A partir de la revisión de casos de adopción en México, que van desde la adopción posmortem, hasta la adopción de hiperespectáculo, desde una metodología etnográfica, derivada de la antropología posmoderna (Clifford Geertz, 1973,  J. Clifford, 1991), la autoetnografía (Versiani, 2002) posibilita la recuperación de la voz de los adoptantes, como modelo dialógico, relacional y multirreferencial (Ardoino, 1988) que da cuenta de la experiencia de padres adoptivos que han vivido el proceso de adopción. La investigación como avance de tesis doctoral, ofrece elementos para reflexionar sobre la esencia del ser humano cuando se construyen familias por adopción: diversas, globales, multiculturales. Cuando un menor es adoptado vale preguntar si él es visto como una Mercancía o si es respetada su Dignidad humana al momento de ser incorporado a una Nueva Familia.