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La operación Orión, cuyo comienzo se dio el día 16 de octubre de 2002 y se extendió por varios días, constituye la operación e incursión militar en el contexto urbano, de mayor envergadura en la historia colombiana. Con una intervención de más de 3.000 efectivos de la fuerza pública, la comuna 13 – San Javier- de la ciudad de Medellín, constituida por 19 barrios y localizada en la región montañosa del centro occidente de la ciudad, pasaría por un proceso de “pasificación” en el que durante la ejecución de la operación y posterior a ella, hubo una coalición entre las fuerzas armadas del poder público, integradas por el Ejército, la Policía, el Departamento Administrativo de Seguridad – DAS-, el Cuerpo Técnico de Investigación –CTI-, las Fuerzas Antiterrorismo con los grupos armados paramilitares de ultraderecha. Esta intervención fue promovida por la pretensión de retomar el dominio territorial de esa región, así como el control social y político de la zona que hasta ese momento se encontraba bajo el control las milicias bolivarianas de la guerrilla. Esta intervención militar urbana, dejó a la población civil en medio del fuego cruzado que se perpetuo desde tierra y aire. Consecuencia de esta intervención militar, se produjeron asesinatos selectivos, desapariciones forzadas y procesos de desplazamientos interurbanos que alcanzaron niveles inusitados en el contexto urbano nacional.