El principio del “Buen Vivir”, denominado también Sumak Kawsay constituye una apuesta de corte político, económico y cultural que ha venido tomando fuerza en distintas discusiones en torno a la consecución de los fines de los Estados. Implica este principio dar una mirada amplia a los saberes ancestrales y desde allí comprender de una manera holística el concepto desarrollo y progreso. Colombia por supuesto no ha sido ajena a las discusiones en materia de fines del Estado, las preocupaciones son múltiples y evidentes más a sabiendas del contexto en que hoy se encuentra situado el país, temas como la economía, la política, las relaciones sociales y la cultura cada vez son más discutidos por distintos sectores. El conflicto armado colombiano aún está latente en distintos lugares del territorio nacional y la apuesta del Estado está en brindar de un lado seguridad y de otro garantizar a sus ciudadanos mejores condiciones de vida. Uno de los asuntos clave para entender el conflicto armado y su superación radica en la distribución de la tierra y el desarrollo del agro, tópico que se encuentra directamente relacionado con el modelo económico y con los términos progreso y desarrollo, el Acuerdo Final para la Construcción de Paz contempla en su primer punto titulado Reforma Rural Integral, medidas y aspectos que propenden a contribuir y solucionar los distintos conflictos que sobre el agro aún persisten, en este contexto, el acuerdo trae el “Buen Vivir” como directriz y pauta de la Reforma Rural Integral.