Las campañas políticas para elegir a los parlamentarios del Senado y Cámara de Representantes y, posteriormente, la campaña para elegir al presidente de la República de Colombia estuvieron marcadas por procesos de desinformación como estrategia de comunicación, por parte de los asesores responsables de las campañas políticas y de los partidos políticos en cabeza de sus representantes; asimismo,  la carencia de debates sobre los planes de gobierno de los candidatos y la ausencia de claridad sobre las necesidades reales de construir una agenda pública que permitiera avanzar en el logro de una sociedad más justa y equilibrada, fueron el factor común de los dos procesos electorales en Colombia en el año 2018.