En la ciudad de Santa Marta (Colombia), una ciudad de 500 mil habitantes de la costa caribe colombiana, existen  mujeres de escasos recursos economicos, con edades entre los 20 y los 30 años, para las que el  embarazo y la crianza del niño es una fase de sus vidas en las que no requieren, o no han requerido, la presencia del padre del futuro infante, y en la que voluntariamente restringen y niegan su participación en este proceso, con la aprobacion del entorno familiar inmediato de la embarazada, porque cada una de  ella afirma estar capacitada para ser madre y padre al tiempo. Esto ocurre en una ciudad en la que   las unidades obstetricas en las que estas mujeres tienen sus hijos son también lugares en los que a la figura masculina y/o paterna, con la excepción del padre de la embarazada, se le impide su presencia en las labores de asistencia a la mujer que va a dar a luz. La ponencia da cuenta de un ejercicio de investigacion etnográfico que se adentra en la vida de varias mujeres que han tenido a sus hijos durante los ultimos dos años y que han preferido afrontar el embarazo, el parto y la crianza sin permitir la presencia del padre. De manera que la ponencia se pregunta por las razones de esta elección, las implicaciones que las mismas tienen en la crianza, y por las conexiones con la violencia, la violencia sexual y el conflicto armado que ha vivido Colombia, un país en donde las concepciones machistas acerca de las construcciones de los géneros están vigentes.