Cuando hablamos de migración, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es… muchas personas viajando, moviéndose, de un lugar a otro. Migrar no es un fenómeno nuevo para nuestro mundo, somos una sociedad conformada a partir de éstas, pero contrario a lo que se pueda pensar, nos sigue sorprendiendo. A diferencia de otras épocas de la historia, las migraciones hoy, en el mundo globalizado, adquiere la forma de organización social mundial, querámoslo o no ver. Los homelees es el futuro del mundo, decía Heidegger, casi premonitoriamente. De esta forma, el otro, el sin casa, ya no está lejos, el mundo se encogió y debemos aprender a convivir en este espacio reducido. Lo que obviamente está generando tensiones propias de los procesos de cambio socio cultural. De esta forma, nuestro problema fue describir la nueva sociedad mundial que se está conformando a partir de las migraciones y cómo están reaccionando los países ante este cambio social. Desde una sociedad estratificada a una trans social. Buscamos reconstruir los procesos del cómo están conformándose las   transitoriedades, ambigüedades e incertezas culturales (Clifford, 1992). Es el encuentro entre las viejas formas sociales no terminan de irse, las nuevas  versiones de nuestra sociedad global, que no terminan de aparecer. En definitiva es volver a poner en juego la discusión antropológica del otro global, sus sentidos y significados, pero ya no como un otro exótico y lejano, sino aquel que camina por entre las murallas que les han levantado.