Como nunca antes en su historia la humanidad se enfrenta en este siglo al reto de redefinir sus fronteras ontológicas. La genética, pero también la inteligencia artificial y las nuevas máquinas, ponen en cuestión de manera radical las definiciones tradicionales de lo humano, abriendo la puerta a un debate ético y político de amplio alcance. A esto se suma la deconstrucción de la idea de ser humano que ha venido operando culturalmente en el último siglo desde la filosofía, la ecología, la antropología, el feminismo y los estudios culturales. Tal deconstrucción ha puesto en evidencia que las fronteras entre lo humano y lo no humano nunca han estado de hecho completamente claras y que el empeño por trazarlas a lo largo de los siglos siempre ha tenido un fuerte componente político. La ponencia explora los principales retos políticos a escala global que representa esta nueva condición de indefinición humana, junto con posibles derroteros de acción, teniendo como punto de partida la larga discusión que en la filosofía occidental se ha desarrollado en el último siglo sobre la cuestión antropológica. La tesis es que la necesidad de defender lo humano es una operación política con hondas motivaciones éticas y existenciales, por lo que la acción de extender o diluir los contornos de lo humano debe atender seriamente tales motivaciones y, en particular, la necesidad humana de sentido.