Propongo que en el libro Mis Documentos (2014) de Alejandro Zambra se pueden encontrar personajes que se mueven dentro de la modernidad líquida y que, al mismo tiempo, es posible considerarlos sujetos: nómadas, proteicos, hiperconectados y de rendimiento.En Mis documentos se observan, permanentemente, relatos en los cuales los sujetos presentan características similares a las descritas por Zygmunt Bauman en su libro Modernidad líquida (2003). Para Bauman “la disolución de los sólidos condujo a una progresiva emancipación de la economía de sus tradicionales ataduras políticas, éticas y culturales” (Bauman, 2003: 10). Estos cambios condujeron a que la sociedad ya no sea la responsable del éxito de sus integrantes. Muy por el contrario son, más bien, los propios sujetos quienes tienen esa tarea. Esas historias cotidianas aparecen en Mis documentos: en ellas son los individuos los que construyen su destino y los que deben asumir el vivir en una época como la modernidad líquida en la cual: “...el olvido y el desarraigo afectivo se presentan como condición del éxito. Esta nueva (in)sensibilidad exige a los individuos flexibilidad, fragmentación y compartimentación de intereses y afectos, se debe estar siempre bien dispuesto a cambiar de tácticas, a abandonar compromisos y lealtades” (Vásquez, 2008: 311). A partir de aquí quisiera, también, describir la condición nomádica de los personajes de Mis Documentos para ello me basaré en Michel Maffesoli quien en su libro El nomadismo. Vagabundeos iniciáticos (2004) señala que el nomadismo posee un doble carácter: por un lado, es una “rebelión latente en las jóvenes generaciones” (Maffesoli, 2004a: 15) contra el orden establecido y, por otro lado, un deseo de terminar con el “enclaustramiento y la confinación domiciliarios, característicos de la modernidad” (Maffesoli, 2004a: 16).