Han comenzado a formularse subdisciplinas geográficas como la Geografía de las Emociones o la Geografía Psicoanalítica, en las cuales se teoriza e interpretan los sentimientos, emociones, estados de ánimo, sufrimientos, de enfermos crónicos o de grupos sociales o lugares diversos, pero se echa en falta un enfoque menos teórico y más práctico en el sentido de proponer, predecir e intervenir; así como la investigación de las posibilidades que ofrecen la tecnología de las comunicaciones y los teléfonos móviles. Presentamos los resultados de una revisión sistemática de la producción científica a nivel internacional; presentamos una reflexión sobre las aportaciones de la geografía y los teléfonos móviles para las terapias psicosociales  y definimos cuáles son las orientaciones y preguntas que deben formularse las investigaciones futuras desde el punto de vista de la geografía respecto de la psicoterapia. Concluimos que la producción de datos georreferenciados a través de los teléfonos móviles sobre la vida cotidiana de las personas  abre grandes posibilidades para la terapia cognitivo conductual y la salud mental. Permite elaborar mapas de estados de ánimo personalizados que localizan lugares de mayor o menor estrés en la vida diaria de una persona; permiten la cartografía de las emociones, la cartografía cognitiva de los lugares a los que accedemos físicamente o a través de la Internet, de nuestros sentimientos y experiencias psicosociales.