Cuando se concibe ciencia y tecnología, en un contexto geográfico pequeño, en una ciudad terciaria, en un país en vía de desarrollo, el imaginario tal vez solo alcance para ocuparse en el uso de tecnologías y a través de ellas descubrir mundos lejanos donde la ciencia se hace posible. Pensar en un lugar para la Promoción de la Investigación Científica y Tecnológica  desde la Educación Básica Secundaria y permitir que adolescentes sin diferencia de género, estrato socioeconómico u otra variable relacionada con lo humano accedan al conocimiento, en un espacio dotado de tecnologías emergentes, es no solamente novedoso, sino también un foco para la observación y el análisis de imaginarios culturales a la luz de teorías de discriminación por asuntos de género. Discrepando con las teorías y movimientos feministas y posiciones machistas que visibilizan a la mujer como una figura débil, con habilidades y competencias distintas y al margen de aportes hacia el desarrollo socioeconómico, se pretende demostrar particularmente con base en entrevistas, talleres y la observación de su comportamiento, la percepción que las adolescentes de Tecnoacademia tienen de su aprendizaje, competencias, oportunidades y como éstas condiciones son percibidas como igualitarias en relación con sus pares del género masculino; pues si bien se han logrado espacios de igualdad combatiendo la discriminación, el solo hecho de la oportunidad de acercamiento a los procesos de ciencia y tecnología, ha permitido que las adolescentes desarrollen su potencial, sientan seguridad en sí mismas, reciban reconocimiento y estén cada vez más motivadas a participar en proyectos de ciencia y tecnología, como una forma de aprovechamiento del tiempo libre y adquisición de competencias en un corto plazo y construcción de una perspectiva de proyecto de vida y  como sujetos activos de la escena local en un largo plazo.