Las TIC (Tecnología de información  y comunicación) han sido consideradas  desde hace más de 20 años como fuente primordial de comunicación. Kay según Castro (2007) definía la computadora como “un medio eficaz para adoptar de manera dinámica cualquier característica de otro medio, incluso los inexistentes, es el primer meta-medio que cuenta con una capacidad de representación y expresión…impensada” La globalización de la educación superior, ha determinado  la necesidad  de  la utilización de nuevas y crecientes tecnologías. Las cuales debido a la accesibilidad, los novedosos esquemas de información y comunicación; constituyen un escenario perfecto para el desarrollo de capacidades y actitudes básicas orientadas hacia la creatividad, la resolución de problemas y la formación de perfiles que puedan asumir el difícil reto de enfrentarse desde sus saberes en un contexto multicultural. Refiere Trigos (2016) que “la internacionalización como estrategia de enseñanza y aprendizaje no se trata de una actividad aislada sino de un conjunto de estrategias para fomentar la comprensión internacional y local, así como el desarrollo de competencias interculturales”. Este objetivo sumado a lo que opina Fernández (2004) donde “La participación en los procesos de enseñanza-aprendizaje necesitan que tengamos en cuenta cuestiones como la cultura, generadora de formas de conocimiento” y no es solamente la cultura en la cual nuestra sociedad está inmersa, sino las culturas ajenas a la propia. Hacen del surgimiento de las TIC, un modelo emergente que cumplen una función valiosa como recursos necesarios en el desarrollo de estrategias, que puedan realizarse dentro de las aulas y que sin la creación de convenios interinstitucionales y reformas del leyes institucionales. Posibiliten desde su eje transversal la Internacionalización del currículo, permitiendo la interacción de estudiantes y docentes, la construcción de nuevas alianzas  y el aprendizaje desde diferentes realidades culturales