El análisis formal planteado por los formalistas sirve de detonante para valorar los elementos morfológicos como medio para trasladar el pensamiento y la narración, a imágenes. La composición ayuda a comprender el pulso interior de una obra mostrando las líneas de tensión, los focos de interés. La suma de estos factores estipulará el resultado visual. Una imagen presenta un impacto consecuencia de la organización de los elementos dentro del encuadre. La composición es, por tanto, un método para controlar la continuidad del pensamiento (Dondis, 1976). Las proporciones, las líneas dominantes, el equilibrio o desequilibrio, el tono, el balance, la simetría, el movimiento…, son la base del análisis de diversos estudios de caso -Ciudadano Kane (Orson Wells, 1941), Lost in Translation (Sofía Coppola, 2003), La gran belleza (Paolo Sorrentino, 2013), Her (Spike Jonze, 2013) o La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014)- y a través de ellos, el potencial simbólico. La metodología parte de la hermenéutica, con análisis del discurso y el vaciado de contenidos como herramientas de trabajo. El objetivo principal de esta investigación fue la actualización y revisión de textos clásicos aplicados a la semiótica narrativa de diversas películas que aportaron novedosas interpretaciones de los elementos morfológicos tradicionales.