Desde su creación, desde las primeras filmaciones de los hermanos Lumière el cine ha mantenido una relación estrecha con la gastronomía. La historia del séptimo arte no sería la misma sin ella, que ocupa una presencia destacada en las vanguardias y en el cine clásico y moderno. Es más, los movimientos gastronómicos en algunas ocasiones han seguido los procesos de cambio acaecidos en el ámbito cinematográfico, como es el caso de la Nouvelle Vague (1959) y de La Nouvelle Cuisine (“Manifiesto de la Nouvelle Cusisine”,1974), herederas de las revoluciones del 68. Y en otras ocasiones han estado unidos a los cambios político-sociales, como en la Transición española, donde los aires de libertad del país se respiran también en La primera mesa gastronómica, organizada por el club del gourmet en Madrid (1976). Con el nacimiento de la posmodernidad y el auge creciente de la gastronomía entendida como arte, conforme certificaría la Documenta 12 en Kassel (2007) se produjo un boom  efímero de los Gastrofestivales, de los cuales sobreviven muy pocos. Mucha más importancia tiene la presencia actual de la gastronomía de vanguardia en secciones paralelas de grandes festivales de cine, como La Berlinale o El Festival Internacional de Cine de San Sebastián. ¿Qué tipo de producciones participan en estos certámenes? ¿Qué relación guardan con la historia del cine y de la gastronomía? ¿Cuál es el género cinematográfico preferido para hablar de gastronomía? ¿La ficción, el documental, una mezcla de ambos, el ensayo…? ¿Cuáles son las líneas básicas de la puesta en escena en estas producciones? ¿Son obras artísticas o cumplen un papel publicitario? ¿Cuáles son las propuestas más interesantes en este ámbito? A estas y a otras preguntas dará respuesta la autora en esta ponencia tratando un tema apenas estudiado científicamente.