Andrei Zvyagintsev es, sin duda, el más conocido y premiado de los directores que conforman la “nueva ola” del cine ruso contemporáneo. Autor, hasta la fecha, de cinco largometrajes, cabe destacar, por una parte, la personal e intransferible manera que tiene de observar y entender el mundo; es decir, la coherencia tanto temática como narrativa y formal que puede observarse en su obra film a film, hasta el punto de poder hablarse en su caso de una verdadera “poética autorial”. Pero, también y por otra parte, no puede dejar de obviarse la visión oblicua, alegórica, que sus películas arrojan sobre la sociedad rusa actual. Este es, precisamente, el objetivo de la siguiente comunicación. Mostrar cómo las historias personales, los dramas individuales, se utilizan en el cine de Andrei Zvyagintsev para comentar aspectos que atañen a la sociedad rusa en general. Pues, como se mostrará, el núcleo familiar y los problemas de autoridad y de relación, los conflictos morales y de identidad que se generan en su seno, no son sino un reflejo de los mismos problemas y conflictos que sufre la sociedad rusa en su conjunto. Aspecto que no ha pasado desapercibido a las autoridades de su país, con las que Andrei Zvyagintsev ha tenido serias dificultades tanto de censura como de exhibición de sus películas.