La idea de civilización, proviene de las ciudades y pensamientos europeos, que fueron difundidos en la colonización y procesos de dominación; la civilización se relaciona directamente con el espacio urbano y su desarrollo en las ciudades y considera como barbarie y desorden el mundo rural.  Debido a esto, el estudio de la ciudad, la geografía, el clima, la demografía para el dominio del territorio se consideran de obligado conocimiento, para permitir la actuación eficaz sobre la misma. Las ciudades, en el caso de la Nueva Granada, el espacio urbano cobró importancia, pues comienzan a establecerse relaciones entre la ubicación de las poblaciones y su influencia en la calidad de vida de sus habitantes, como el número de nacimientos y de muertes; en ese sentido, la “tierra caliente” se considera malsana y foco de numerosas enfermedades y poca producción, por lo que dichas poblaciones no se desarrollaron totalmente como sí lo hicieron las poblaciones del interior y de clima más amable. Schlanger, describe la ciudad del XVIII y que puede asimilarse para los posteriores siglos: “..la ciudad es un vientre que asimila los alimentos y excreta basura”[2], por lo que se determinan actividades de “modernización” y “civilización”, que crean una gran diferencia entre  lo urbano y lo rural: entre el centro y periferia; diferenciación utilizada hasta el día de hoy, en donde las ciudades y los centros tecnológicos, tienen preponderancia sobre el campo y lo rural, que son considerados “incivilizados”, a pesar que sostienen y son el motor de la civilización y de las naciones. Esta investigación hace parte de la tesis doctoral de la autora en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.    [1] Alzate Op. Cit. Pág 25. [2] Alzate. Op. Cit.Pág 35.