Este trabajo es un avance de la tesis del Doctorado en Artes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, titulada “Instalaciones transitables latinoamericanas: el rol del espectador ante las poéticas del cuerpo ausente”. Subyace a las motivaciones iniciales de esta investigación esa neurosis identitaria que ha descrito Gerardo Mosquera (2000) como propia de nuestra cultura, que instala una y otra vez la pregunta ¿Qué es Latinoamérica?, y más específicamente ¿existe un arte latinoamericano?. No volveremos aquí sobre esta cuestión irresoluble, en tanto la contemporaneidad ha hecho deslizar al concepto de identidad desde una posición esencialista o sustantiva a una pragmática (Escobar, 2004). Pero más allá de presumir que la vastedad de la producción de imágenes en nuestro continente no puede ser clausurada en una matriz única, entendemos que “las tensiones geopolíticas, las violencias públicas y privadas, las resistencias y utopías; y el cuerpo como sede del conflicto social” (Rosemberg, 2015) son tópicos que señalan preocupaciones comunes y recurrencias en la diversidad. Y muy especialmente, la dimensión que constata otra forma de corporalidad, la del cuerpo ausente, la del “no-lugar del cuerpo (...) que introducen los cuerpos desaparecidos” (Diéguez, 2013). Esta dimensión impacta en la raíz de las prácticas artísticas transitables. Porque si las instalaciones hacen foco en la presencia de un espectador corporeizado (Bishop, 2004) y en la condición fugaz e irrecuperable del acontecimiento, las poéticas que refieren a la ausencia tensionan esas especificidades. El acontecimiento en que el espectador se integra se estructura ya no sólo en torno a su cuerpo presente, sino en una compleja interacción con el cuerpo omitido, acercando  temporalidades,  espacialidades y corporalidades otras. Y así da metafórica cuenta de una temporalidad no sellada, que deja abierta la posibilidad de una nueva exploración por parte de la memoria activa (Richard, 2007).