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Desde su nacimiento en 1839, la fotografía se ha utilizado como una nueva forma de registrar el mundo. Su capacidad documental ha llevado a este medio a documentar los cambios sociales, en concreto a los nuevos esquemas familiares que se han representado a través de instantáneas del día a día. La fotografía, desde mediados del siglo XX, se convierte en medio artístico para representar estas nueva forma de agruparnos y de vivir la vida. Como medio tan democrático y extendido, la fotografía forma parte del día a día de cualquier familia, incluyendo también la de los artista que comienza a registrar su convivencia, en pisos compartidos, en familias monoparentales u homosexuales. Lo familiar y cotidiano se alejaba de la experiencia rutinaria y conservadora para dar rienda suelta a emociones, desconocidos, aventuras y diversión. Esta nueva familiaridad no llegará hasta los años ochenta a España de mano de artistas que han redefinido su entorno familiar a través de la fotografía de sus parejas y sus amigos dando origen un estilo autobiográfico.