Se estudia el cine vasco realizado entre los años 1958 y 1986, cuando se crearon las bases de una cinematografía propia a partir de temáticas, estilo y estética definitorios. En el período abarcado destacan las películas Ama Lur/Tierra Madre (Néstor Basterretxea y Fernando Larruquert, 1968) y Tasio (Montxo Armendáriz, 1984) que marcarían una impronta en el cine vasco subsiguiente. No obstante este intento de creación de una cinematografía vasca como hecho diferencial del cine realizado en otros territorios no fructificaría. A partir de finales de la década de 1980 los nuevos realizadores vascos  aportarían en su mayoría una perspectiva ligada a un cine abierto, plural e híbrido, con temáticas y formatos diversos, de acuerdo a la realidad de cada momento, aunque en la actualidad se vislumbra una reaparición de las aportaciones de las experiencias cinematográficas anteriores.