Existen tres fases concretas en la elaboración de una película en las que podemos encontrar ilusiones ópticas. La primera es en la fase de preproducción, en la que nos encontramos el trabajo principalmente del director de arte, del director de fotografía, del productor y donde surgen los primeros efectos especiales. La unión de este trabajo hace posible la visión del director y los efectos ilusorios de la película a partir de un conjunto de diversas técnicas y elementos; la segunda es la fase de producción: es el momento de contar la historia y poner en práctica todo el juego visual y de sonido. Por último, nos encontramos la fase de promoción, tanto publicitaria como su representación en cartelería cinematográfica y merchandising. La utilización de las ilusiones ópticas en el cine, especialmente comercial, enriquece la trama de la película, aporta dobles significados o simplemente la hace posible. El salto a los videojuegos de todas las técnicas visuales aplicadas en el cine se hace patente tanto en el momento de creación como de desarrollo y venta. Las ilusiones ópticas en este caso no sólo se utilizan como un mero recurso sino que se han convertido en inspiración para muchos artistas, llegando incluso a ser el leitmotiv del juego.