A finales del siglo XIX, José Nakens ahorró el dinero suficiente como para comenzar a tirar un semanario satírico denominado El Motín. Tal y como ha destacado Martínez Gallego en su investigación, El Motín constituyó un ejemplo de estrategia populista en el sentido que podría darle Ernesto Laclau.  Este texto recoge esa idea y la explora en toda su dimensión para allanar el camino a una comparación entre las sátiras españolas de distintas épocas. La hipótesis sobre la que bascula señala la construcción de un relato político que de modo vanguardista sitúa al ciudadano corriente como protagonista. A través del análisis de diversas caricaturas, explicamos la potencia de ese relato y su relación con el periodismo serio y la prensa ilustrada del momento. Para empezar, El Motín no perdió de vista la viabilidad cognitiva y económica necesaria para que las clases populares accedieran a información política relevante. La prensa ilustrada del momento era cara y sus debates excesivamente racionales. Las caricaturas de El Motín abarataban la representación icónica y, además, producían de modo pionero un campo de batalla político que apelaba de forma creativa al pueblo. Hemos acuñado para este trabajo un nuevo concepto, el de escalamiento, aplicado al campo de la Cultura Política. Su polisemia indica, por un lado, la capacidad de la caricatura para reducir el mundo de la alta política a una escala manejable por una clase popular que en muchos casos era analfabeta. Por el otro, el término también alude al conjunto de peldaños que llevan hasta un nivel superior. El Motín proponía una superación de las instituciones vigentes, en especial la Monarquía y la Iglesia, para alcanzar una república laica y democrática. Ese escalamiento también se expresaba en la representación del Pueblo.https://youtu.be/IJaovvh8_H4